El contrato de escrow es aquel por el que una empresa desarrolladora de software y la empresa cliente de ésta acuerdan depositar una copia del código fuente del programa licenciado a un tercero (depositario o escrow agent) que normalmente es un notario público, a modo de garantía, para que la entregue a una de las partes en el caso de que sucedan una serie de eventualidades recogidas en las reglas del depósito.
Se puede hacer un contrato de escrow independiente o, dentro del contrato de cesión de uso de software, una cláusula por la que la primera se comprometerá a depositar, ante un tercero, el código fuente del programa en cuestión.
El objeto del contrato es, por tanto, el depósito por parte del proveedor del código fuente del programa a un tercero que asegure que el cliente tenga acceso al código fuente en caso de que el proveedor “desaparezca”, porque no sea capaz de desarrollar, implantar o mantener el software en el futuro (por ejemplo, porque la empresa quiebra).
Por ello, la empresa desarrolladora queda obligada a entregar el código fuente, el código objeto y la documentación complementaria al depositario o escrow agent, y en el caso de que ocurra una de esas eventualidades, se entregará a la empresa cliente, ya que sino solo tendría el uso de un software que no podría modificar ni actualizar y que por tanto quedaría obsoleto.
En el contrato se fijarán las condiciones del depósito, determinando la obligación de actualización del software en base a las sucesivas versiones del programa, así como los casos en que se puede rescindir el depósito. Lo más importante es que se pacte que la empresa cliente pueda recuperar el código fuente en caso de quiebra, concurso de acreedores o disolución del programador.
No es un contrato pensado para software genérico, sino que es de especial importancia firmar un contrato de código fuente cuando el software empleado ha sido desarrollado a medida para la actividad del cliente, siendo esencial para su negocio, instalado en todos los equipos de la empresa y cuando un número importante de trabajadores lo utilizan.
Es, como vemos, un contrato con ventajas para ambas partes: para la empresa desarrolladora porque no facilita directamente al cliente el código fuente del programa y para la empresa cliente porque se protege ante casos de crisis de la otra parte.
¿Conoce los «Smart Contracts»?
Yamil Doval Dios
Sistemius